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≫A. Élite≪
Lugar desconocido [Kikyo]
Página 1 de 1.
Lugar desconocido [Kikyo]
Arboles y mas arboles. Habían pasado apenas dos días desde su repentina llegada a aquel bosque que parecía no tener fin, y aun no lograba encontrar la forma de regresar a su preciado Namimori. Si algo sabia, a causa de las veces anteriores que había estado en contacto con aquel juguete del grupo de herbívoros vongola, era que siempre terminaría 10 años en el futuro... si era así... ¿porque no había dado con la ciudad aun? ¿a donde se había ido a meter su yo del futuro para que el se encontrara, al cambiar de cuerpo con este, en ese bosque desconocido? Nunca antes se había perdido entre la naturaleza, no, el era un carnívoro... no podía estar perdido. Aun así, ese bosque era demasiado grande, algo extraño para una época futura, ademas de que nunca en su vida había estado en aquel lugar. O al menos eso pensaba. Su uniforme que, hacia dos días atrás, hubiese estado pulcramente arreglado, ahora estaba lleno de polvo y la sangre del conejo que había sido su alimento el día anterior. No era la primera vez que tenia que sobrevivir de esa manera, aun si nunca se había perdido, había tenido ya algunas escurciones al bosque y sabia muy bien como sobrevivir en aquel lugar, aunque al principio no había querido optar por matar a aquel pequeño animal. Fue hasta el día anterior que se decidió a hacerlo, tras soportar el no haber probado alimento en días... por si acaso, nunca volvería a dirigirse al instituto Namimori, no sin antes haber desayunado.
_ Hibari, Hibari ~ agua agua~- canturreo el pequeño canario que tenia por mascota. Hibird con total tranquilidad se poso en el hombro del guardián de la nube, mientras este mostraba una pequeña y casi invisible sonrisa. Pasaron unos cuantos minutos antes de que el sonido del agua caer alertara sus oídos, y unos pasos adelante, diera con un pequeño lago y una cascada. Apenas llego se sentó en la orilla y con sus manos tomo algo de agua llevándola a su boca, repitiendo aquello varias veces hasta lograr saciar su sed, para luego quitarse la chaqueta negra y la blanca camisa del uniforme, tallandolas en el agua para quitarles las manchas de tierra y sangre, y colgándolas en la rama de un árbol, quedándose por dicha razón únicamente con la camiseta interior de tirantes. Seguido a ello, se limpio el sudor y luego volvió a sentarse, mirando las blancas aguas. ¿Hacia cuanto no veía aguas tan cristalinas? Si algo podía aceptar era el hecho de estar disfrutando de aquellos momentos en el bosque, lejos de las manadas de herbívoros de la ciudad, rodeado de la tranquilidad. Al escuchar el sonido de pasos, quebrando su momento, llevo su mano hacia una de las tonfas que descansaban en el piso cerca al árbol donde estaba su ropa, y miro con sus ojos afilados al lugar de donde el sonido provenía, mientras se ponía de pie. Alguien estaba cerca.
_ Hibari, Hibari ~ agua agua~- canturreo el pequeño canario que tenia por mascota. Hibird con total tranquilidad se poso en el hombro del guardián de la nube, mientras este mostraba una pequeña y casi invisible sonrisa. Pasaron unos cuantos minutos antes de que el sonido del agua caer alertara sus oídos, y unos pasos adelante, diera con un pequeño lago y una cascada. Apenas llego se sentó en la orilla y con sus manos tomo algo de agua llevándola a su boca, repitiendo aquello varias veces hasta lograr saciar su sed, para luego quitarse la chaqueta negra y la blanca camisa del uniforme, tallandolas en el agua para quitarles las manchas de tierra y sangre, y colgándolas en la rama de un árbol, quedándose por dicha razón únicamente con la camiseta interior de tirantes. Seguido a ello, se limpio el sudor y luego volvió a sentarse, mirando las blancas aguas. ¿Hacia cuanto no veía aguas tan cristalinas? Si algo podía aceptar era el hecho de estar disfrutando de aquellos momentos en el bosque, lejos de las manadas de herbívoros de la ciudad, rodeado de la tranquilidad. Al escuchar el sonido de pasos, quebrando su momento, llevo su mano hacia una de las tonfas que descansaban en el piso cerca al árbol donde estaba su ropa, y miro con sus ojos afilados al lugar de donde el sonido provenía, mientras se ponía de pie. Alguien estaba cerca.
Invitado- Invitado
Re: Lugar desconocido [Kikyo]
~Rayos, como pude olvidar este detalle~ Sus pensamientos yacían lejanos a la realidad. Su concentración no podía ser unificada en un punto estratégico ya que se encontraba con solo un pensamiento: AGUA.
Aquel elixir de vida era fundamental en estos momentos, no había probado nada de aquella cristalina sustancia durante 24 horas, eso le hacia gruñir de molestia y al mismo tiempo comenzar a restregar las manos por su cuello, casi al punto de incrustar sus uñas en la suave piel de este. Esa era una de las mas grandes desventajas de tener un cuerpo humano, lo que te exigía solía ser difícil de cumplir. Por lo menos su anterior cuerpo de barro no solía necesitar de aquello, lo único que pedia eran las almas que consumía. Tal vez era mas cruel aquel alimento, sin embargo tenia el trabajo hecho, las serpientes caza-almas solían entregarle su antiguo "Alimento"
Ahora, se encontraba con la garganta dolida de ardor por tan poca humedad, sentía la lengua seca y la cabeza comenzaba a marearse.
Hubiera maldecido, mas eso estaba en contra de los principios de una sacerdotisa como lo era ella, a pesar de encontrarse a kilómetros de la aldea mas cercana aquello la ensuciaría innatamente, algo que no aceptaría. No podía darse el lujo de maldecir.
Volvió a la realidad. ¿Donde se encontraba ahora?, había dado algunos pasos sin darse cuenta de su rumbo, y se encontraba allí. Rodeada de un centenar de arbustos y arboles, un fuerte aroma a pino inundó sus fosas nasales, no había rastros de Youkais y menos de Sangre, asi indicaba pureza y satisfacción para su mente. Sus oídos se vieron abrumados por un centenar de diferentes trinos de pájaros y el sonido de el agua impactando contra si misma...
~¡Agua!~ Grito su interior. ¿Podría haber estado tan absorta a sus pensamientos que no le dejaron oír la cascada que se encontraba a unos cuantos pasos?. Conocía a la perfección esa cascada, muchas veces había hecho purificaciones en ese lugar y solía darse un baño tambien cuando poseía su cuerpo real, tal vez ya era hora de uno...
Camino un tanto desesperada, pero no lo suficiente para delatar su necesidad de para beber de aquel liquido. Era cuidadosa y exageradamente desconfiada, había conocido ya a variadas personas en su largo viaje; buenos y dispuestos como Kenshin, el famoso asesino, La princesa Sakura, Kirana la hija de Inuyasha y Kagome y asi tambien a quien su hija se hacia llamar: Sayuri. Tambien hubo reencuentros, uno de los que mas apreciaba era su amado reencuentro con Inuyasha, el reencuentro con Kagome en la pradera de flores y lo diferente que se veía con sus ya muchos meses de embarazo. No se sorprendería encontrar a alguien mas allí, tal vez a Seshomaru aunque lo dudaba; una cosa era encontrase con el Youkai y otra cosa era querer encontrarse con el. Necesitaba información, preguntarle por que Sayuri tenia aquella misma cicatriz de luna en la mejilla... ¿Había la posibilidad de que sea hija de Seshomaru?
Pero denegó aquellas opciones, había alguien en la cascada, pero no era un Hanyou, tampoco un Youkai... Era un simple humano. Pero no podía tomarse la confianza deseada.
involuntariamente saco una flecha de su carcaj y la preparo en el fino arco, apuntando siempre hacia la humedad del suelo. Camino unos cuantos pasos mas hasta dejarse ver completamente en el ambiente libre de la cascada. El líquido le atraía, una tentación tan grande que no podría resistirse sin embargo fue cuando se dio cuenta que a su derecha se encontraba... Un joven, un joven humano. Sin embargo no era solo un humano, encerraba un poder extraño en su interior algo que le recordaba mucho a un monje o a un hechicero. Un leve aroma a sangre hizo que sus deseos de dejarse caer aumentaran notablemente, pero siguió con la flecha apuntando al suelo.
No podía disparar a ese joven humano que vestía de una forma muy extraña, no podía dispararle por la razón de que misteriosamente tenia los mismos cabellos oscuros y aquella mirada distraída de cierta persona a quien había tomado bastante aprecio, se parecia mucho a Sayuri...
-Sangre...- Fue lo único que pudo salir de la comisura de sus labios
Aquel elixir de vida era fundamental en estos momentos, no había probado nada de aquella cristalina sustancia durante 24 horas, eso le hacia gruñir de molestia y al mismo tiempo comenzar a restregar las manos por su cuello, casi al punto de incrustar sus uñas en la suave piel de este. Esa era una de las mas grandes desventajas de tener un cuerpo humano, lo que te exigía solía ser difícil de cumplir. Por lo menos su anterior cuerpo de barro no solía necesitar de aquello, lo único que pedia eran las almas que consumía. Tal vez era mas cruel aquel alimento, sin embargo tenia el trabajo hecho, las serpientes caza-almas solían entregarle su antiguo "Alimento"
Ahora, se encontraba con la garganta dolida de ardor por tan poca humedad, sentía la lengua seca y la cabeza comenzaba a marearse.
Hubiera maldecido, mas eso estaba en contra de los principios de una sacerdotisa como lo era ella, a pesar de encontrarse a kilómetros de la aldea mas cercana aquello la ensuciaría innatamente, algo que no aceptaría. No podía darse el lujo de maldecir.
Volvió a la realidad. ¿Donde se encontraba ahora?, había dado algunos pasos sin darse cuenta de su rumbo, y se encontraba allí. Rodeada de un centenar de arbustos y arboles, un fuerte aroma a pino inundó sus fosas nasales, no había rastros de Youkais y menos de Sangre, asi indicaba pureza y satisfacción para su mente. Sus oídos se vieron abrumados por un centenar de diferentes trinos de pájaros y el sonido de el agua impactando contra si misma...
~¡Agua!~ Grito su interior. ¿Podría haber estado tan absorta a sus pensamientos que no le dejaron oír la cascada que se encontraba a unos cuantos pasos?. Conocía a la perfección esa cascada, muchas veces había hecho purificaciones en ese lugar y solía darse un baño tambien cuando poseía su cuerpo real, tal vez ya era hora de uno...
Camino un tanto desesperada, pero no lo suficiente para delatar su necesidad de para beber de aquel liquido. Era cuidadosa y exageradamente desconfiada, había conocido ya a variadas personas en su largo viaje; buenos y dispuestos como Kenshin, el famoso asesino, La princesa Sakura, Kirana la hija de Inuyasha y Kagome y asi tambien a quien su hija se hacia llamar: Sayuri. Tambien hubo reencuentros, uno de los que mas apreciaba era su amado reencuentro con Inuyasha, el reencuentro con Kagome en la pradera de flores y lo diferente que se veía con sus ya muchos meses de embarazo. No se sorprendería encontrar a alguien mas allí, tal vez a Seshomaru aunque lo dudaba; una cosa era encontrase con el Youkai y otra cosa era querer encontrarse con el. Necesitaba información, preguntarle por que Sayuri tenia aquella misma cicatriz de luna en la mejilla... ¿Había la posibilidad de que sea hija de Seshomaru?
Pero denegó aquellas opciones, había alguien en la cascada, pero no era un Hanyou, tampoco un Youkai... Era un simple humano. Pero no podía tomarse la confianza deseada.
involuntariamente saco una flecha de su carcaj y la preparo en el fino arco, apuntando siempre hacia la humedad del suelo. Camino unos cuantos pasos mas hasta dejarse ver completamente en el ambiente libre de la cascada. El líquido le atraía, una tentación tan grande que no podría resistirse sin embargo fue cuando se dio cuenta que a su derecha se encontraba... Un joven, un joven humano. Sin embargo no era solo un humano, encerraba un poder extraño en su interior algo que le recordaba mucho a un monje o a un hechicero. Un leve aroma a sangre hizo que sus deseos de dejarse caer aumentaran notablemente, pero siguió con la flecha apuntando al suelo.
No podía disparar a ese joven humano que vestía de una forma muy extraña, no podía dispararle por la razón de que misteriosamente tenia los mismos cabellos oscuros y aquella mirada distraída de cierta persona a quien había tomado bastante aprecio, se parecia mucho a Sayuri...
-Sangre...- Fue lo único que pudo salir de la comisura de sus labios
Invitado- Invitado
Re: Lugar desconocido [Kikyo]
Aquella presencia de gran magnitud no era otra mas que la una mujer, que pronto hizo acto de presencia frente al joven de cabellos azabaches. Si se dejaba guiar por su vestimenta, y por la apariencia en si de aquella joven, podía deducir que se trataba de una sacerdotisa, aun así, aquello solo lograba confundirlo aun mas, a pesar de no demostrarlo físicamente. ¿Desde cuando hay sacerdotisas en Namimori? llevaba ya 18 años viviendo en su amada ciudad y nunca antes había visto una sacerdotisa, sabia de ellas por leyendas y por que las había en otros templos exteriores, pero, ¿en los alrededores de Namimori? Bueno... si es que se encontraba en Namimori. Su rostro en todo momento siguió impasible, mostrando una mirada afilada y amenazante, aun si durante unos segundos, de manera casi invisible sus ojos se habían abierto ligeramente a causa de la sorpresa. Su brazo seguía levantado a la altura de su pecho, mostrando la brillante tonfa de color plateado, como señal de que estaba alerta, especialmente por el hecho de que aquella mujer le apuntaba con un arco y una flecha. Una simple palabra escapo de los labios de aquella joven sacerdotisa, la palabra sangre, dándome cuenta entonces de que la camiseta de tirantes que llevaba puesta aun estaba manchada de sangre, de la misma manera que estaba la camisa de su uniforme antes de que diera con aquel lago.
_ Baja el arma, Herbívora - menciono con aquel tono frió y amenazante que lo caracterizaba. Si había algo que podía decir con certeza, era el hecho de no disfrutar para nada las peleas contra mujeres. La única que podía permitirse atacar era a la carnívora de los Shimon, Adelheid. "No es sangre humana" se había tentado a decir, después de todo era simplemente la sangre de un animal que había encontrado para alimentarse, cualquiera tiene necesidades, aunque no había imaginado terminar manchado de tal manera por aquella sencilla causa. Hibird había comenzado a aletear al momento en que la mujer se había acercado, y había volado rápidamente, abandonando el hombro de su amo al sentir el peligro, aunque permanecía volando cerca de ellos. Con total tranquilidad dejo aquella pose amenazante, dejando su brazo caer en su costado, aun sin soltar la tonfa, pero al menos ya mas relajado. Si era una sacerdotisa, en realidad no atacaría a un humano, aunque era fiel creyente de que aquellos poderes que tanto se les adjuntaban en los cuentos y leyendas eran simplemente un mito, y que los demonios no existían, aun si ya se había topado con un par.
_ No era sangre humana - menciono seriamente, encaminándose hacia su camisa para palparla y revisar si estaba seca. Mala suerte, esta seguía húmeda. Mire entonces el anillo de mi mano nuevamente, pensando aun en las formas que usaría para asesinar de cruel manera al grupo de herbívoros vongola una vez lograra regresar al "pasado", aunque lo veía lejano puesto que, si algo había aprendido, era que esa bazuca solo funcionaba por cinco minutos, y ya habían pasado dos días. Estaba seguro que el "bebe" tendría mucho que ver con su desgracia.
_ Baja el arma, Herbívora - menciono con aquel tono frió y amenazante que lo caracterizaba. Si había algo que podía decir con certeza, era el hecho de no disfrutar para nada las peleas contra mujeres. La única que podía permitirse atacar era a la carnívora de los Shimon, Adelheid. "No es sangre humana" se había tentado a decir, después de todo era simplemente la sangre de un animal que había encontrado para alimentarse, cualquiera tiene necesidades, aunque no había imaginado terminar manchado de tal manera por aquella sencilla causa. Hibird había comenzado a aletear al momento en que la mujer se había acercado, y había volado rápidamente, abandonando el hombro de su amo al sentir el peligro, aunque permanecía volando cerca de ellos. Con total tranquilidad dejo aquella pose amenazante, dejando su brazo caer en su costado, aun sin soltar la tonfa, pero al menos ya mas relajado. Si era una sacerdotisa, en realidad no atacaría a un humano, aunque era fiel creyente de que aquellos poderes que tanto se les adjuntaban en los cuentos y leyendas eran simplemente un mito, y que los demonios no existían, aun si ya se había topado con un par.
_ No era sangre humana - menciono seriamente, encaminándose hacia su camisa para palparla y revisar si estaba seca. Mala suerte, esta seguía húmeda. Mire entonces el anillo de mi mano nuevamente, pensando aun en las formas que usaría para asesinar de cruel manera al grupo de herbívoros vongola una vez lograra regresar al "pasado", aunque lo veía lejano puesto que, si algo había aprendido, era que esa bazuca solo funcionaba por cinco minutos, y ya habían pasado dos días. Estaba seguro que el "bebe" tendría mucho que ver con su desgracia.
Invitado- Invitado
Re: Lugar desconocido [Kikyo]
El miedo o la angustia eran sentimientos que no encontraba en aquel misterioso joven. Mas bien,estaba tranquilo; no tanto ya que sostenía un arma justo en su mano. Apretujándola contra su pecho. ¿Habría oído sus pasos antes de llegar? Si era asi,le molestaba demasiado. Ella solía dar pasos silenciosos, nadie solía percatarse de su presencia; claro a menos que hayan notado la fuerza espiritual que tenia. Aun asi la duda la invadía, no estaba segura de que aquel joven noto ya su fuerza espiritual, simplemente denegó esa opción.
Innatamente había estado apuntando su afilada flecha al pecho del joven, ¿Cuanto control podía perder? Este cuerpo era molesto de cierta manera. Era muy débil, muy desconfiado y actuaba por instinto de vez en cuando, suponía que aquella princesa era asi.
Seguía apuntando al joven,claro hasta que habló. Los ojos se le abrieron de incredulidad, al notar el tono de voz tan firme y autoritario que poseía, pero esta incredulidad aumento cuando uso la palabra "Herbívora" No llegaba a comprender la magnitud de esas palabras, ¿Serian buenas o malas? No encontraba una respuesta concreta. Sintió como aquella filosa mirada azul se clavaba en sus ojos marrones advirtiéndole algo. Sin tomarle la menor importancia aflojó la flecha del arco y devolvió esta a su carcaj de madera. Observo tambien como el aflojaba su arma, debería haber sabido que si el no atacaba, ella no contra restaría ningún ataque.
Siguió con la vista curiosa sobre la mancha de sangre en su camiseta, algo había hecho y la ponía en intriga de cierta manera. Hasta que dijo que aquella no era la sangre de un humano. Buena señal.
Continuo unos segundos observando como el chico parecia ignorarla y opto por lo mismo. Su rumbo hacia la cascada continuo, aquella cristalina sustancia rebosaba de vida y esta vez haciendo caso a su instinto comenzó a tomar un poco entre sus manos. Llevaba el líquido a sus labios y comenzaba a beber de estas, repetía una y otra vez el proceso hasta saciarse completamente de la sustancia. La calor del sol comenzaba a agotarla y su cuerpo desprendía un sudor pegajoso que de ninguna manera le agradaba, cuanto daría por un baño en esos precisos momentos, pero no se encontraba sola... No podía darse un baño frente a un hombre y mejor esperaría a encontrar alguna otra fuente de agua algunos kilómetros mas allá para poder sumergirse en las aguas.
Giro su vista al misterioso joven, no estaba equivocada, seguía desprendiendo una extraña fuerza mágica y la tentación de preguntarle a que se debía aquella aura mágica que lo envolvía era demasiado fuerte.
- No comprendo tus palabras, tu no eres de aqui Dijo con el ceño fruncido, desconfiada como siempre.
-No eres un simple humano. Algo se desprende de ti y eso me intriga hechicero. ¿Eso eres?- Pregunto, tal vez estaba siendo muy descortés pero era la forma en la que actuaba con los desconocidos. Y ese joven era un completo desconoció, a parte de que vestía con las ropas de papel como las de Kagome, eso era mucho mas intrigante .
Innatamente había estado apuntando su afilada flecha al pecho del joven, ¿Cuanto control podía perder? Este cuerpo era molesto de cierta manera. Era muy débil, muy desconfiado y actuaba por instinto de vez en cuando, suponía que aquella princesa era asi.
Seguía apuntando al joven,claro hasta que habló. Los ojos se le abrieron de incredulidad, al notar el tono de voz tan firme y autoritario que poseía, pero esta incredulidad aumento cuando uso la palabra "Herbívora" No llegaba a comprender la magnitud de esas palabras, ¿Serian buenas o malas? No encontraba una respuesta concreta. Sintió como aquella filosa mirada azul se clavaba en sus ojos marrones advirtiéndole algo. Sin tomarle la menor importancia aflojó la flecha del arco y devolvió esta a su carcaj de madera. Observo tambien como el aflojaba su arma, debería haber sabido que si el no atacaba, ella no contra restaría ningún ataque.
Siguió con la vista curiosa sobre la mancha de sangre en su camiseta, algo había hecho y la ponía en intriga de cierta manera. Hasta que dijo que aquella no era la sangre de un humano. Buena señal.
Continuo unos segundos observando como el chico parecia ignorarla y opto por lo mismo. Su rumbo hacia la cascada continuo, aquella cristalina sustancia rebosaba de vida y esta vez haciendo caso a su instinto comenzó a tomar un poco entre sus manos. Llevaba el líquido a sus labios y comenzaba a beber de estas, repetía una y otra vez el proceso hasta saciarse completamente de la sustancia. La calor del sol comenzaba a agotarla y su cuerpo desprendía un sudor pegajoso que de ninguna manera le agradaba, cuanto daría por un baño en esos precisos momentos, pero no se encontraba sola... No podía darse un baño frente a un hombre y mejor esperaría a encontrar alguna otra fuente de agua algunos kilómetros mas allá para poder sumergirse en las aguas.
Giro su vista al misterioso joven, no estaba equivocada, seguía desprendiendo una extraña fuerza mágica y la tentación de preguntarle a que se debía aquella aura mágica que lo envolvía era demasiado fuerte.
- No comprendo tus palabras, tu no eres de aqui Dijo con el ceño fruncido, desconfiada como siempre.
-No eres un simple humano. Algo se desprende de ti y eso me intriga hechicero. ¿Eso eres?- Pregunto, tal vez estaba siendo muy descortés pero era la forma en la que actuaba con los desconocidos. Y ese joven era un completo desconoció, a parte de que vestía con las ropas de papel como las de Kagome, eso era mucho mas intrigante .
Invitado- Invitado
Re: Lugar desconocido [Kikyo]
Casi al instante y antes de que bajara su brazo sin soltar la tonfa, aquella mujer respondió ante aquella orden que había dado, bajando el arco y guardando aquella flecha. Aun sabiendo que probablemente se trataba de una sacerdotisa, seguía pareciendole ilógico que 10 años en el futuro, pensara en hacerle frente a cualquier persona con un simple arco y una flecha, habiendo armas mas rápidas y letales que podían funcionar de mejor forma... claro, a menos que aquella mujer lograse controlar una de las siete llamas del cielo, como le había explicado el potro idiota que se llamaban. Un arco y flecha implicaba de bastante concentración, que podría perder fácilmente ante la velocidad de un enemigo con un arma mas letal como una espada o una pistola, incluso las bombas del idiota de la pirotecnia podían llegar a ser sin duda alguna letales.
Mientras observaba su ropa, en espera de que esta no tardara en secarse, pudo sentir en todo momento la mirada de la herbívora sobre el. Era como si lo estuviese analizando, lo cual de cierta manera le resultaba molesto e incomodo. Tras terminar con aquella pequeña inspección en su ropa y en su anillo, y terminar de imaginar formas crueles de torturar al grupo Vongola, giro su rostro disimuladamente hacia donde estaba la mujer.
_ Midori tanabiku~ namimori no~ - escucho una voz tierna y leve, bastante conocida para el, cantando aquel que era el himno de su amada secundaria Namimori, para luego sentir un peso sobre su hombro, clara muestra de que Hibird había dejado de sentir el peligro, acomodándose en su lugar favorito sobre el hombro de su amo. Con su mano izquierda, busco dentro del pantalón de vestir negro, hasta sacar un puñado de semillas y acercarlas al pequeño canario, alimentándolo, para luego escuchar las palabras de aquella mujer. ¿Que no comprendía sus palabras? ¿A que se refería? El sabia muy bien que no era de esos lugares, de no ser por eso, claramente no estaría perdido y vagando por un bosque completamente diferente al que rodeaba la pequeña ciudad de Namimori. Quería preguntar donde se encontraba, aun así, mantuvo la boca cerrada mientras seguía escuchándola. Si algo caracterizaba a Hibari Kyoya, era su orgullo, y sin duda no admitiría nunca que estaba perdido, que desconocía el lugar por el que caminaba.
_ ¿Hechicero? - pregunto seriamente, mirándola nuevamente con aquel par de ojos azul metálico y afilados. Un par de ojos bicolor y un peinado frutal llegaron a su mente con tan solo escuchar esa palabra, provocando que la molestia que sentía elevara bastante. El no quería ser comparado con un cobarde ilusionista, hechicero o lo que fuese que fuera Rokudo Mukuro. Aun así, podía presentir que la mujer se refería a que había logrado sentir la energía proveniente del anillo vongola, y de el mismo como guardián de la nube- No necesito de las sucias artimañas de un hechicero - dijo fríamente.- Este no es el bosque de Namimori... ¿o si?- pregunto finalmente. Claramente no aceptaría que estaba perdido, pero necesitaba saber al menos eso. Si realmente no era el bosque de Namimori, al menos lograría saber en que lugar se encontraba para regresar a su amada ciudad, sabiendo perfectamente que no estaba fuera de japón, especialmente porque seguía hablando el japones con aquella joven.- ¿cual es tu nombre?...
_ Nombre~ Nombre~ - murmuro el pequeño canario, volando nuevamente y rodeando a la joven mujer, mas sin llegar a tocarla.
Mientras observaba su ropa, en espera de que esta no tardara en secarse, pudo sentir en todo momento la mirada de la herbívora sobre el. Era como si lo estuviese analizando, lo cual de cierta manera le resultaba molesto e incomodo. Tras terminar con aquella pequeña inspección en su ropa y en su anillo, y terminar de imaginar formas crueles de torturar al grupo Vongola, giro su rostro disimuladamente hacia donde estaba la mujer.
_ Midori tanabiku~ namimori no~ - escucho una voz tierna y leve, bastante conocida para el, cantando aquel que era el himno de su amada secundaria Namimori, para luego sentir un peso sobre su hombro, clara muestra de que Hibird había dejado de sentir el peligro, acomodándose en su lugar favorito sobre el hombro de su amo. Con su mano izquierda, busco dentro del pantalón de vestir negro, hasta sacar un puñado de semillas y acercarlas al pequeño canario, alimentándolo, para luego escuchar las palabras de aquella mujer. ¿Que no comprendía sus palabras? ¿A que se refería? El sabia muy bien que no era de esos lugares, de no ser por eso, claramente no estaría perdido y vagando por un bosque completamente diferente al que rodeaba la pequeña ciudad de Namimori. Quería preguntar donde se encontraba, aun así, mantuvo la boca cerrada mientras seguía escuchándola. Si algo caracterizaba a Hibari Kyoya, era su orgullo, y sin duda no admitiría nunca que estaba perdido, que desconocía el lugar por el que caminaba.
_ ¿Hechicero? - pregunto seriamente, mirándola nuevamente con aquel par de ojos azul metálico y afilados. Un par de ojos bicolor y un peinado frutal llegaron a su mente con tan solo escuchar esa palabra, provocando que la molestia que sentía elevara bastante. El no quería ser comparado con un cobarde ilusionista, hechicero o lo que fuese que fuera Rokudo Mukuro. Aun así, podía presentir que la mujer se refería a que había logrado sentir la energía proveniente del anillo vongola, y de el mismo como guardián de la nube- No necesito de las sucias artimañas de un hechicero - dijo fríamente.- Este no es el bosque de Namimori... ¿o si?- pregunto finalmente. Claramente no aceptaría que estaba perdido, pero necesitaba saber al menos eso. Si realmente no era el bosque de Namimori, al menos lograría saber en que lugar se encontraba para regresar a su amada ciudad, sabiendo perfectamente que no estaba fuera de japón, especialmente porque seguía hablando el japones con aquella joven.- ¿cual es tu nombre?...
_ Nombre~ Nombre~ - murmuro el pequeño canario, volando nuevamente y rodeando a la joven mujer, mas sin llegar a tocarla.
Invitado- Invitado
Re: Lugar desconocido [Kikyo]
Siguió las expresiones del ojiazul detenidamente, lo primero que noto ante sus primeras palabras fue una de notoria obviedad.
Claramente el joven no era de esos lugares, dudaba claramente del sello del pozo por el cual Kagome viajaba hace algunos años. Tal vez con ayuda de esas plumas y los fragmentos, el pozo se había reabierto y muchos mas de aquella época podían viajar hacia el tiempo presente para ella.
Pero, un detalle sumamente importante, era que ningún sujeto podía viajar asi por asi... Debía de tener un fragmento de la perla, y de haber sido asi; que el joven tenga un fragmento de la Shikon, lo habría notado inmediatamente, el único brillo que podía ver era el que salia de el suyo, el fragmento que había encontrado en el campo de flores y con el cual Sayuri se había descontrolado.
Visualizo profundamente al joven, obligando a su propia vista a encontrar un fragmento, sin embargo sus esfuerzos fueron vanos.
Como respuesta a su pregunta, noto la expresión de molestia y repugnancia del joven que la acompañaba, sin duda este era uno de los encuentros mas raros que habría tenido.
Después con palabras cortantes y frías afirmo que no necesitaba mañas de un hechicero... No la cabía la menor duda, ese hombre no pertenecía a estas épocas. Para ella -Y en esos tiempos,claro esta- un hechicero es como el pupilo de un gran mago o bruja, los hechiceros era obviados como futuros conocedores del arte de la magia. No tenia la menor idea del significado de "hechicero" en su época, tal vez era algo degradable.
Inmediatamente, aquélla voz inundó sus oídos ¿Namimori? ¿De que estaba hablando? De ser un bosque, era claro. Pero palabras como aquellas no estaban en su vocablo; alguna que otra vez oía balbucear a Kagome sobre cosas asi, llamaba a esta época "Japón Feudal" o "Japón Antiguo" para ella los lugares con mas significado tenían un nombre especifico.
- Me temo que no- Suspiro cansinamente -Supongo que vienes de otra época, debes estar confundido Esto último pareció no ser escuchado o tal vez ignorado ya que formuló otra pregunta.
Aquellas muevas palabras la molestaron de cierta manera, le preguntaba por su nombre como si se conocieran ya hace mucho, cuando conoció a Kenshin incluso el la llamaba "Kikyo-dono" o como otras personas se referían a ella "Kikyo-sama" pero era comprensible, después de todo su cuerpo a penas llevaba 18 cortos años de existencia, era una jovenzuela de esa edad. Sin embargo su alma ya llevaba 80 años de existencia en mas de un mundo, era un tanto irónico. Tal vez ese hombre le había visto de una edad similar a la de el, pues si hablábamos de cuerpo tenían prácticamente una edad similar.
Un pequeño canario que anteriormente había visto posado en uno de los hombros del joven y suponiendo que se tratase de su mascota comenzó a revolotear en torno a ella. Una leve sonrisa se dibujo en su rostro al escuchar ese chillón timbre que repetía las palabras del ojiazul, quito su vista del peculiar canario y la volvió al dueño de tal.
-Me conocen como Kikyo dijo callando un momento - Que ave tan peculiar que tienes ¿Es tuya cierto?- pregunto invadida por la curiosidad. Y si, asi lo era, había aves muy especiales en el bosque, pero una que repita las palabras, no había temido el honor de conocer a ninguna. -Y ¿Cual es tu nombre?- pregunto ella esta vez volviendo al tema.
Observo con cautela el azulado cielo, mientras su acompañante seguía con la expresión de confusión. ¿Pensaría que este era su mundo?
- Le decía anteriormente que debes estar confundido, esta es la época Sengoku. Los de tu época lo llaman Japón Feudal- se adelantó antes de seguir con una conversación un tanto personal de preguntas que llegarían a incomodarle. Siguió atenta a las expresiones del varón esperando algún tipo de reacción...
Claramente el joven no era de esos lugares, dudaba claramente del sello del pozo por el cual Kagome viajaba hace algunos años. Tal vez con ayuda de esas plumas y los fragmentos, el pozo se había reabierto y muchos mas de aquella época podían viajar hacia el tiempo presente para ella.
Pero, un detalle sumamente importante, era que ningún sujeto podía viajar asi por asi... Debía de tener un fragmento de la perla, y de haber sido asi; que el joven tenga un fragmento de la Shikon, lo habría notado inmediatamente, el único brillo que podía ver era el que salia de el suyo, el fragmento que había encontrado en el campo de flores y con el cual Sayuri se había descontrolado.
Visualizo profundamente al joven, obligando a su propia vista a encontrar un fragmento, sin embargo sus esfuerzos fueron vanos.
Como respuesta a su pregunta, noto la expresión de molestia y repugnancia del joven que la acompañaba, sin duda este era uno de los encuentros mas raros que habría tenido.
Después con palabras cortantes y frías afirmo que no necesitaba mañas de un hechicero... No la cabía la menor duda, ese hombre no pertenecía a estas épocas. Para ella -Y en esos tiempos,claro esta- un hechicero es como el pupilo de un gran mago o bruja, los hechiceros era obviados como futuros conocedores del arte de la magia. No tenia la menor idea del significado de "hechicero" en su época, tal vez era algo degradable.
Inmediatamente, aquélla voz inundó sus oídos ¿Namimori? ¿De que estaba hablando? De ser un bosque, era claro. Pero palabras como aquellas no estaban en su vocablo; alguna que otra vez oía balbucear a Kagome sobre cosas asi, llamaba a esta época "Japón Feudal" o "Japón Antiguo" para ella los lugares con mas significado tenían un nombre especifico.
- Me temo que no- Suspiro cansinamente -Supongo que vienes de otra época, debes estar confundido Esto último pareció no ser escuchado o tal vez ignorado ya que formuló otra pregunta.
Aquellas muevas palabras la molestaron de cierta manera, le preguntaba por su nombre como si se conocieran ya hace mucho, cuando conoció a Kenshin incluso el la llamaba "Kikyo-dono" o como otras personas se referían a ella "Kikyo-sama" pero era comprensible, después de todo su cuerpo a penas llevaba 18 cortos años de existencia, era una jovenzuela de esa edad. Sin embargo su alma ya llevaba 80 años de existencia en mas de un mundo, era un tanto irónico. Tal vez ese hombre le había visto de una edad similar a la de el, pues si hablábamos de cuerpo tenían prácticamente una edad similar.
Un pequeño canario que anteriormente había visto posado en uno de los hombros del joven y suponiendo que se tratase de su mascota comenzó a revolotear en torno a ella. Una leve sonrisa se dibujo en su rostro al escuchar ese chillón timbre que repetía las palabras del ojiazul, quito su vista del peculiar canario y la volvió al dueño de tal.
-Me conocen como Kikyo dijo callando un momento - Que ave tan peculiar que tienes ¿Es tuya cierto?- pregunto invadida por la curiosidad. Y si, asi lo era, había aves muy especiales en el bosque, pero una que repita las palabras, no había temido el honor de conocer a ninguna. -Y ¿Cual es tu nombre?- pregunto ella esta vez volviendo al tema.
Observo con cautela el azulado cielo, mientras su acompañante seguía con la expresión de confusión. ¿Pensaría que este era su mundo?
- Le decía anteriormente que debes estar confundido, esta es la época Sengoku. Los de tu época lo llaman Japón Feudal- se adelantó antes de seguir con una conversación un tanto personal de preguntas que llegarían a incomodarle. Siguió atenta a las expresiones del varón esperando algún tipo de reacción...
Invitado- Invitado
Re: Lugar desconocido [Kikyo]
No había que ser inteligente para darse cuenta de que aquella misteriosa joven no parecía conocer el nombre del bosque y ciudad que el joven de cabellos azabaches había mencionado, cosa que, aunque no demostrara en su expresión, lo sorprendía. Estaba seguro de que, aun 10 años en el futuro, Namimori seguía siendo la ciudad de Namimori, e incluso podía considerarse un poco mas conocida a causa de la presencia de mafiosos extranjeros aglomerándose como ratas en aquella pequeña y cálida que era su ciudad. Namimori no había desaparecido, y si que era extraño que desconociera su nombre, aunque si había crecido como una sacerdotisa de las épocas pasadas, probablemente esa fuera la razón por la que desconocía el nombre de aquella pequeña ciudad. Si, debía deberse a ello. Su mirada seria no cambio ni un poco al momento en que ella mencionara que seguramente estaba en otra época, después de todo, conociendo las características de la maldita bazuca de los 10 años, el ya conocía aquella información, aunque aun quería saber la razón de que su yo del futuro estuviese caminando por bosques desconocidos.
Ante la pregunta formulada por el de mirada afilada, aquella joven no tardo en decir su nombre, aunque parecía algo molesta. ¿Le había molestado el hecho de que el azabache la llamase "herbívora"?, bueno, no era como si a el le importara. Para el, todos aquellos que no llegasen a hacerle frente en una batalla, y estar a la par con el, aun si nunca había llegado a pelear con esa persona, serian considerados siempre herbívoros frente a la presencia de un carnívoro, alguien de nivel superior como lo era el. Alguien fuerte que no se dejaba llevar por los sentimientos, o al menos, eso pensaba el. "Kikyo... ese nombre", no lograba recordar del todo, pero sabia que había escuchado ese nombre con anterioridad. "Ah... claro, la nube herbívora del grupo Millefieore" pensó, recordando al hombre de larga cabellera aqua. Hibird se dirigió hacia el, posándose en su hombro nuevamente, mientras escuchaba aquella pregunta. No le pareció necesario dar una respuesta a ella, puesto que le parecía suficiente con que viese al ave posarse en su hombro con total tranquilidad, mas unos segundos después, sin saber la razón por lo que lo había hecho, respondió a la pregunta.
_ Un canario - refiriéndose a la clase de ave que era, mas sin decir que era suya. Eso le parecía mas que obvio como para tener que responder. Una nueva pregunta fue formulada por aquella mujer de nombre Kikyo *una parte de el había temblado ligeramente a causa de la furia de recordar como el herbívoro del mismo nombre había participado en la destrucción de su amada ciudad*, mirándola de forma atenta pero sin debilitar aquella mirada afilada que lo caracterizaba.- Hibari Kyoya - respondió de forma ligeramente cortés, pues sin importar que clase de comportamiento tuviese, el sabia que debía ser educado con los que no conocía, aunque la mayor parte del tiempo desobedeciera aquello.
Pero claro, aquella firme y seria expresión del azabache se vio interrumpida al momento de escuchar aquella respuesta acerca del mundo donde se encontraba, abriendo los ojos de forma sorpresiva aunque sin exagerar demasiado, tal vez, una expresión casi invisible. Esa mujer ¿había dicho era Sengoku? ¿No se suponía que estaba 10 años en el futuro? su mirada nuevamente se mostró afilada, junto con un toque de amenaza, mientras la sostenía sobre la joven sacerdotisa, en busca de que esta temblara si estaba mintiendo, o algo que demostrara aquella idea. Aun así, no parecía estarlo engañando. Si se ponía a pensar, eso podía explicar el hecho de estar en un extraño bosque, sin tener señal en el celular, ni encontrar alguna ciudad cercana, o el hecho de que el nombre de su ciudad fuese desconocido para ella. En definitiva, apenas regresara a su mundo, al grupo vongola- los morderé hasta la muerte.- susurro, con una pequeña aura amenazante rodeándolo. Hibird voló de su hombro, pero sin alejarse demasiado. Respiro profundamente, antes de calmarse y mirar, aun con un poco de molestia, a la mujer.- Herbívora ¿donde hay una aldea cercana? - pregunto en tono serio, sin alejar su mirada de la mujer.
Ante la pregunta formulada por el de mirada afilada, aquella joven no tardo en decir su nombre, aunque parecía algo molesta. ¿Le había molestado el hecho de que el azabache la llamase "herbívora"?, bueno, no era como si a el le importara. Para el, todos aquellos que no llegasen a hacerle frente en una batalla, y estar a la par con el, aun si nunca había llegado a pelear con esa persona, serian considerados siempre herbívoros frente a la presencia de un carnívoro, alguien de nivel superior como lo era el. Alguien fuerte que no se dejaba llevar por los sentimientos, o al menos, eso pensaba el. "Kikyo... ese nombre", no lograba recordar del todo, pero sabia que había escuchado ese nombre con anterioridad. "Ah... claro, la nube herbívora del grupo Millefieore" pensó, recordando al hombre de larga cabellera aqua. Hibird se dirigió hacia el, posándose en su hombro nuevamente, mientras escuchaba aquella pregunta. No le pareció necesario dar una respuesta a ella, puesto que le parecía suficiente con que viese al ave posarse en su hombro con total tranquilidad, mas unos segundos después, sin saber la razón por lo que lo había hecho, respondió a la pregunta.
_ Un canario - refiriéndose a la clase de ave que era, mas sin decir que era suya. Eso le parecía mas que obvio como para tener que responder. Una nueva pregunta fue formulada por aquella mujer de nombre Kikyo *una parte de el había temblado ligeramente a causa de la furia de recordar como el herbívoro del mismo nombre había participado en la destrucción de su amada ciudad*, mirándola de forma atenta pero sin debilitar aquella mirada afilada que lo caracterizaba.- Hibari Kyoya - respondió de forma ligeramente cortés, pues sin importar que clase de comportamiento tuviese, el sabia que debía ser educado con los que no conocía, aunque la mayor parte del tiempo desobedeciera aquello.
Pero claro, aquella firme y seria expresión del azabache se vio interrumpida al momento de escuchar aquella respuesta acerca del mundo donde se encontraba, abriendo los ojos de forma sorpresiva aunque sin exagerar demasiado, tal vez, una expresión casi invisible. Esa mujer ¿había dicho era Sengoku? ¿No se suponía que estaba 10 años en el futuro? su mirada nuevamente se mostró afilada, junto con un toque de amenaza, mientras la sostenía sobre la joven sacerdotisa, en busca de que esta temblara si estaba mintiendo, o algo que demostrara aquella idea. Aun así, no parecía estarlo engañando. Si se ponía a pensar, eso podía explicar el hecho de estar en un extraño bosque, sin tener señal en el celular, ni encontrar alguna ciudad cercana, o el hecho de que el nombre de su ciudad fuese desconocido para ella. En definitiva, apenas regresara a su mundo, al grupo vongola- los morderé hasta la muerte.- susurro, con una pequeña aura amenazante rodeándolo. Hibird voló de su hombro, pero sin alejarse demasiado. Respiro profundamente, antes de calmarse y mirar, aun con un poco de molestia, a la mujer.- Herbívora ¿donde hay una aldea cercana? - pregunto en tono serio, sin alejar su mirada de la mujer.
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