Finalmente un lugar donde descansar (libre)

El paseo no era agradable, no paraba de sentir gritos por todas partes y peleas que hacían que me doliera la cabeza. Me pregunté quiénes estarían armando tanto escándalo. Caminé hasta un claro que llevaba a una aldea; allí es donde vivió y murió la famosa sacerdotisa Kikyo, la cual cuidó la Shikon hasta el día de su muerte. Pero había sido tan tonta de dejarse llevar por alguien que ha hecho que la perla vuelva a aparecer, sin embargo, no juzgaré a nadie por su pasado.

Al acercarme y ver al grupo de tres, vi a una mujer la cual venía del pozo, un pozo que llevaba al otro mundo. A un hanyou, el hijo prodigo de Inutaisho por lo que sabía. Y a la pequeña Kirana, la cual ya conocía de un encuentro con Sesshomaru, mi amado príncipe.

-No viviré para contarlo, la familia Taisho casi al completo, incluso la reencarnación de Kikyo está aquí... Es agradable tomar asiento en esta discusión de familia -sonriendo con orgullo.

Me quedé mirando el espectáculo mientras la sacerdotisa de cabellos azabache se quedaba como paralizada y tartamudeaba para saber a qué me refería. La verdad es que no me gustaban las mujeres tan indecisas y poco seguras; era como si fueran un peluche al que proteger y no tenían fuerza de nada. Miré a la pequeña que me miraba con súplica.

-Me refiero a ese tipejo -señalo con la mirada a Inuyasha.- De pequeña le rezaba para que cuidara el bosque, ahora veo que es un tozudo que jamás protegería una aldea él solito; demasiado débil... -me río.

Miro a la joven y le guiño el ojo para que se sintiera segura. Luego me acerco, con mis andares sensuales y lentos hacia ellos, acariciando el cabello plateando del hanyou. Sonrío al notar que me miraba como molesto y me aparté, dándoles las espaldas y posando las manos en mis caderas.

-Sé que buscáis algo en especial, ¿me equivoco? -sonriendo.- Un hanyou como tú, Inuyasha... -mirándolo de reojo.

No podia creer lo que estaba ocurriendo una tonta chiquilla se habia osado a atraverse a golpearme, la unica que se ha atrevido a hacerlo es Kagome pero a ella jamas la golpearia pero... esta chiquilla... esta chiquilla que se creia no era mas que una simple Hanyou pero escuche lo que me decia aquella chiquilla

-me importa poco si eres o no eres de la epoca de Kagome, pero escuchame bien la proxima vez que te atrevas a golpearme te pesara chiquilla-

Luego de aquello Kagome se me acerco hablar conmigo a lo que algo logre calmar mi furia aunque aun seguia bastante molesto escuche unos pasos detras de nosotros y una voz que detestaba, no sabia que era lo que hacia ella aqui nadie la habia llamado me puse delante de Kagome y de la chiquilla que estaba con ella... no sabia el por que pero sentia extraño ante su presencia di un leve gruñido ante su comentario el cual no me importaba apretando mis puños con fuerza.

-nadie ha pedido tu opinion Boa, asi que largate a moverle la cola a mi hermano debe estar buscandote asi que vete-

Mientras que seguia protegiendo a Kagome y a la chiquilla, esta parecia ser que conocia a Boa lo que me hizo dar algo de una mala espina a lo que deje salir un gruñido desde mi pecho, me separe de aquella chiquilla colocandome solo frente a Kagome mientras que escuchaba todo lo que ella le decia a Boa.

-por favor chiquilla incredula, que no te das cuenta de que Sesshomaru no se preocupa por nadie mas que la niña humana que siempre va con el... date cuenta de que para el tu no existes niñita-

Frunci el ceño al ver su cabello suelto y la fuerte escencia que senti de momento me hizo estar alerta a cualquier movimiento proveniente de ella, pero algo no iba bien conmigo a lo que levante mi vista al cielo y al ver que estaba anocheciendo, tome la mano de Kagome con fuerza para que viera arriba.

-Kagome... sera mejor que nos vayamos no quiero estar fuera esta noche- al notar la punta de un mechon de mi cabello que se volvia negra.

Una vez que habiamos entrado a casa a refugiarnos, para mi no serviria de nada ya que aunque no estuviera bajo la luz de la luna igual me volveria humano y eso era en contra de mi voluntad, mientras nos situabamos frente a la chimenea frote mis manos para calentarlas y me acerque mas a Kagome para darle algo mas de calor... aprovechando de que los demas no estaban la podia tener un momento aunque fuera solo para mi.

Escuche sus palabras acerca de aquella chiquilla, yo sabia que era una Hayou como yo pero eso no me iba a detener a ayudarla en estos momentos, por que sin querer tambien me habia dado cuenta de que cambiaba en luna llena.
-Kagome... te has vuelto loca nisiquiera la conocemos no podemos ayudarla ni mucho menos en mi condicion...no se por que pero ella me hace recordar a mi mismo cuando me descontrolo al no tener en mi poder a colmillo de acero... pero aun asi Kagome no podemos ayudarla... que pasaria si te llegase hacer algo y yo no pueda protegerte no me lo perdonaria jamas entiendes eso-

Seguia hablando con Kagome cuando mi pelo y mi cuerpo lentamente volvian ser la de un humano comun mis ojos ya no tendrian aquel color dorado que estaba acostumbrado -ya ha comenzado mi cambio... solo espero que aquella chiquilla no este pasando por algo peor- pero que estaba diciendo preocupandome yo por alguien mas que no fuera Kagome o alguno de mis amigos... aunque a pesar de todo de igual forma me sentia en cierta manera atado a aquella chiquilla, asi que me puse de pie y me asome a la entrada de la cabaña para observandola, ya que si tenia que lanzarme a ayudarla lo haria sin importarme nada.

Me quedo mirando al hanyou, pues otra de muchas veces se equivocaba y no daba en el clavo. Era más terco y tonto de lo que pensaba, hasta que Kagome reaccionó de forma celosa al acariciar sus cabellos; él también quedó asqueado y eso me provocó una risa. Me encantaba molestar a los demás si reaccionaban de forma tan rápida y segura.

-Inuyasha, se nota que no conoces para nada a tu familia... Me pregunto qué diría tu padre en estos momentos, tal vez que os llevarais bien pero eso es imposible -me río de nuevo.- Nunca sabrás quién es tu hermano si no lo llegas a conocer del todo; sereis totalmente desconocidos entre vosotros... Ah, y de tal palo tal astilla.. Como decía... Naraku -diciendo ese nombre lo suficientemente penetrante para que Inuyasha y Kagome reaccionaran.

Después de esa prueba de control, miré a los dos medio demonios los cuales empezaban a reaccionar por la luna nueva; esta noche sería interesante si conseguía parar a una descontrolada hanyou y a un humano que se creía poderoso por una noche oscura y sin luz.

-Tu tío tal vez venga... Tal vez no, pero estás a mi cargo también -se queda mirándola y luego a Inuyasha.- ¿Tienes miedo?

Aun seguia en la cabaña con Kagome, maldicion no me gustaban estas noches asi no podia hacer nada ni mucho menos defender a Kagome por si algo llegase a pasar, pero mientras estaba asomado por la puerta de la cabaña quede observando la luna a lo que observaba mis manos ya estaba cambiado seria humano por toda la maldita noche... y si esta luna se prolongaba por las siguientes noches no se que hare.

Cerre la puerta y me sente refunfuñando al lado de Kagome apretando mis puños con fuerza ya que esta era una de mis maldiciones pero era la que mas detestaba aunque... hubo un tiempo en que deseaba ser completamente humano para haber estado con ella pero... ya era cosa del pasado, ahora mi vida y mi mundo le pertenecia a Kagome levante mi rostro y le sonrei:
-quieres... quieres que te ayude a cocinar... ahm puedo ir por algo de pescado para que almenos comamos algo decente- lo decia por que veia lo de las sopas que ella siempre traia consigo