Una velada romántica [Sesshomaru][+18]

Preparé algunas flores en mi habitación, aunque a mi lo que me apetecía no era estar sola allí si no con Sesshomaru el cual estaba abajo en el salón. No sabía qué estaba haciendo pero pedí a los mayordomos que lo trajeran cuanto antes pues tenía una sorpresa para él; últimamente no habíamos podido estar los dos solos y siempre eramos interrumpidos. Así que había llenado la habitación de pétalos de rosa roja y apagado las luces, poniendo unas velas aromáticas que había conseguido en la aldea de Kaede.

Para estar más cómodos, me puse un traje más corto con un lazo que lo juntaba para que no se abriera y se me viera todo, tipo kimono. Cuando escuché pasos hacia allí me tumbé en la cama, de lado, esperando a que mi amado entrara y viera todo lo que le había preparado. También tenía un poco de sake en dos tazas y un jarro para beber si le apetecía.

Habia estado en el salon dando las ordenes pertinentes para que mi sobrina se acomodara, que le prepararan armas y kimonos y todo eso, aparte de dar las ordenes para mantener en orden todo el reino con los ultimos problemas y movimientos que se han dado ultimamente, como siempre mas problemas que debia salir a resolver, denia obtener alianzas y mantener algunas otras, estaba algo fastidiado por todo, cuando estaba por retirarme uno de los sirvientes me aviso que la señora del castillo me esperaba en su habitacion, asi que sin hacerme esperar mas subi a verla, pensando en que necesitaba Boa ahora, sonrei de medio lado y llegue a la puerta de la habitacion, entre y cuando estuve a punto de preguntar la vi tumbada de medio lado en la cama, con muchos detalles de flores y velas perfumadas, sonrei encantado por la sorpresa.

-Hm que grata sorpresa preciosa.

Me acerque a la cama y me sente en ella para luego pasar mi mano por la mejilla de ella en una caricia suave, recordando entonces que hacia mucho tiempo que no estabamos solos, completamente solos, esperaba que no se les diera por molestar en estos momentos por que si mataria al que se atreviera, pense con una sonrisa algo siniestra en el rostro para luego soltar una carcajada, me incline un poco y deje un beso en sus labios.

Esperé la llegada del señor del castillo con ansias; me sentía como una niña enamorada de su primer amor y que cada vez que hacía algo por él y este aparecía, el corazón le latía a mil por hora. Además, seguramente él estaría cansado, tenía muchas luchas que combatir, hablar con otros demonios lords de otras fronteras, ahora su sobrina también estaba en el castillo de vez en cuando. Esperaba que le gustara todo lo que había preparado. Al verlo llegar y entrar tan contento, esperé que se sentara y me besara, al cual correspondí apasionadamente y lo miré de cerca a esos ojos dorados que tanto me encandilaban.

-Me alegro de que te guste; podemos hacer todo lo que quieras los dos juntos y solos... -me levanto y voy hacia el ventanal que daba a una terraza, junto las cortinas dejando solo la luz de las velas.- Nadie nos puede interrumpir -vuelvo a la cama, caminando a cuatro patas hacia él por ella.- Podemos bañarnos, jugar, todo lo que quieras -beso su cuello y luego lo miro, esperando una respuesta por su parte.

Sonreí al ella corresponderme de esa manera, para luego separarse e ir a cerrar las cortinas, la seguí con las ventanas, se veía sexy, hermosa y el quererla para mi me calentaba la sangre en las venas, comenzando a excitarme, no podía entender como ella podía destruir todo lo que había logrado con mi auto control, note como la luz se reducía a la que las velas brindaban, también note como volvía a acercarse asegurando que nadie nos interrumpiría, sonreí ante eso aun mas, cuando comenzo a besar mi cuello alce mis manos a su cintura y la atraje un poco a mi haciendola caer tendida sobre mi cuerpo, sonrei de medio lado y le dije..

-Que te parece Bañarnos juntos primero, luego jugamos un poco, luego hmm lo que yo quiera Jajaja-

La mire fijamente antes de tomar sus labios en beso apasionado.

Sus palabras convencían a cualquiera, me hacían excitarme mucho, su voz era cautivadora y seria, como la voz perfecta de un hombre; suave y ruda a la vez. Correspondí a su beso con lujuria y acabé por morderle el labio inferior con delicadeza; entonces me levanté, cogiéndole de la mano y llevándolo hasta el baño, donde dejé pasar el agua para que llenara la bañera de madera que poseía en su baño. Era muy grande, como la de un príncipe, aunque él realmente lo era. Me quité la ropa poco a poco y lo miré de reojo, sonriendo de espaldas a él provocadora y metiéndome dentro, dejando que el agua cubriera hasta mis hombros.

-No tardes, te estoy esperando y ya es hora de que estemos relajados... Aunque eso de jugar también me impacienta -me muerdo los labios, juguetona.

Sonrió de miedo lado y me dejo llevar por ella al baño, miro como mientras ella me da la espalda se quita la ropa de una manera muy sensual y provocadora, no pudiendo evitar que ganas de tomarla en ese mismo instante me llenaran, pero me contuve, al verla entrar al agua que la cubrió hasta los hombros le dije.

-Desearía que mis manos fueran esas gotas de agua que recorren tu cuerpo rodeándolo y acariciándolo con delicadeza mujer.

Entonces me despoje de la ropa que cubría mi cuerpo por completo y entre a la bañera, provocando que un poco del agua corriera por los bordes bañara el suelo del baño, me le acerque entonces a Boa cual cazador a su presa y la tome de la cintura, alejándola un poco de la pared de la bañera, me recosté en ella y luego la atraje hacia mi pecho, dejando que nuestros cuerpos se tocaran por debajo del agua descaradamente, no pudiendo evitar que en el proceso mis manos pasaran a rozar "inocentemente" sus senos y su vientre.

El agua creaba una sensación tan caliente y estimulante por todo mi cuerpo que no pude evitar suspirar, mientras un poco de vaho del calor del agua salía de mi aliento y provocaba una pequeña nube blanca que me cubría el rostro. Al desaparecer, vi a mi amado entrando en el agua para acompañarme mientras este se apoyaba en la pared y me posaba sobre su cuerpo; se sentía tan fuerte y protector, era imposible no querer acariciarlo.

-Pensar que un daiyoukai me desea tanto me hace ser importante... Me siento como la mujer más afortunada del mundo -acaricio sus mejillas.

Me quedo mirando a sus ojos mientras quedo sentada encima de él, notando sus manos recorrer mi cuerpo y siento un estremecimiento en la piel. Lo vuelvo a observar y pego mi cuerpo al de él, acercando los labios hasta los suyos y suspirando por encima de ellos, hasta acabar por besarlo. Eran tan dulces y poderosos a la vez; una combinación que nunca habría imaginado. Una de mis manos acabó por bajar hasta la superficie del agua, donde se mezclaba con los cabellos del demonio.

Escuche atentamente sus palabras y sonreí de medio lado, deje relajar los músculos de mi cuerpo por completo en el agua caliente de la bañera y al sentir su caricia en mi mejilla, mi sonrisa se amplio,la observe detenidamente, su cabello caía en cascada por su espalda y mis manos mantenían su cintura presa en un agarre delicado, estando frente a frente, cara a cara, cuando ella apego su cuerpo al mio no pude mas que soltar un gruñido bajo, casi inaudible, aunque para la cercanía de Boa dudaba que no lo hubiera escuchado, luego sus labios se acercaron a los míos tentándolos, tentándome, ella suspiro y el aire de mi respiración se mezclo con el suyo, entonces nos besamos, un beso suave y sensual, entonces pare el beso y le dije.

-Deberias, despues de todo no es cualquier Daiyoukai, es Seshoumaru, el Daiyoukai que odia a los humanos...

Luego de decir eso solté una suave carcajada de las que solo me permitía con ella y la rodee por completo con mis brazos, apegando la del todo a mi, haciendo que nuestros pechos chocaran en un momento verdaderamente sensual y delicado...

Notaba de un momento a otro la tensión sexual que había entre los dos, estaba más que clara, incluso se podía masticar. Era tan densa que no podía dejar de suspirar o jadear de vez en cuando, aunque nunca me imaginé que en realidad era del calor de la excitación que me transmitía aquel demonio y además de los vapores que soltaba el agua caliente. Al pegarse a mi, queriendo que los dos estuviéramos unidos, sonreí y acaricié su rostro, entonces bajé las manos hasta sus caderas y acaricié sus muslos y parte de su firme trasero. Estaba que ya no podía más, lo deseaba, pero esperé a que mi mano pudiera meterse por nuestros cuerpos y logré tocar su gran masculinidad.

-Aunque a mi no parece que me odies.. Pues esto que yo sepa no es un castigo; pero si lo és, será un castigo divino -le anuncié sonriente.

Busqué otro punto fuerte, pero allí lo tenía, acariciándolo entre una de mis manos. Mis dedos notaban lo grandioso que era hasta que decidí mirarlo a los ojos, no podía ir más allá en ese majestuoso cuerpo sin su consentimiento, a pesar de que él tenía mi cuerpo sin la necesidad de pedir permiso.

-Notaba sus toques primero en mi abdomen, luego en mis muslos, mis nalgas y terminando en mi masculinidad, las gruñidos de placer al sentir sus dedos deslizarse por mi piel eran cada vez mas difíciles de detener, hasta el punto que algunos se lograban escapar, sus pechos presionando constantemente contra mi pecho aumentaban mi excitación de forma considerable y aunque yo sabia que era yo el que mantenía el agarre para mantener esta cercanía sentía como si me torturara yo mismo, mis ojos comenzaron a recorrer la porción de su cuerpo que saltaba a la vista fuera del agua y estaba mas que satisfecho, entonces llegue a sus ojos, estos estaban fijos en los míos, analizándolos, su expresión era como una petición, un permiso, lo cual yo respondí con un asentimiento del rostro casi imperceptible para segundos después volver a apropiarme de sus labios, mordisquiandolos y lamiéndolos a mi antojo con el fijo cuidado de no dañarlos con mis colmillos de demonio, entonces volvi a detener mis juguetones besos sin alejarme de ella, dejando que notara mi aliento y rosaran los labios al yo hablar y le dije -

Tomalo como un castigo por hechizar al Gran lord de estas tierras Miko, pues este demonio esta apunto de devorarte.

-Le dije dejando la nota del doble sentido en toda la frase, una sonrisa burlona se formo en mis labios al momento que volví a devorar los de ella en un beso apasionado y feroz, mis manos comenzaron a moverse esta vez, dejando que mis garras rosaran con mucho cuidado su piel, sin dañarla, dejando un leve cosquilleo en ella producto del suave rose que recorría su espalda alta, su espalda baja, para pasar a estrujar sin hacer mucha fuerza sus nalgas, mientras mis labios comenzaban a suavisar el beso provocando sensualidad con ello-