Pérdidas... y ganancias

El pequeño acto de abrir los ojos se me hace una misión casi imposible. Bajo mi cuerpo, que al parecer se halla tendido, siento la húmeda tierra de un bosque. Abro los ojos con lentitud para encontrar un río justo frente a mí. Frunzo el ceño mientras me sujeto la cabeza intentando recordar algo, más nada llega a mi mente.

Miro alrededor intentando encontrar un lugar en el que protegerme del frío que siento ahora. Miro mi cuerpo y me doy cuenta de que estoy vestida con un kimono de un hermoso color anaranjado. Intento levantarme del suelo pero siento como me tambaleo y vuelvo a caer de rodillas, lastimándome. Me da igual. Me vuelvo a levantar y camino, con cuidado, hacia el pequeño río. Sonrío al ver mi reflejo, así que soy así. El espeso cabello moreno cae y roza el agua mientras me veo reflejada. Unos ojos marrones y grandes me devuelven la mirada, una mirada llena de curiosidad. Mis dedos en pocos segundos rozan la cristalina agua haciendo que las ondas no permitan ver bien el reflejo.

Escuchar esas palabras me dejó tan sorprendida que perdí el equilibrio, cayendo de cabeza al agua. Un golpe en la frente me hizo salir a la superficie con las manos cubriendo la zona dañada. Un hilo de sangre caía por mi rostro.

—¡Ay! —musito mientras unas lágrimas caen de mis ojos por el dolor. Ahora aparte de perdida y sin recuerdos estoy empapada. El hermoso kimono naranja está totalmente mojado y pronto cogeré un resfriado como no me cambie, aunque no tengo nada con lo que cambiarme.

En ese momento recuerdo a quién me ha hablado. Lo miro con mis grandes ojos y con la boca entreabierta. Es grande pero no me da miedo, es más me recuerda a... a alguien. Intento encontrar en mi mente una imagen que me muestre a aquel que he recordado pero no lo puedo lograr. Suspiro al fin para volver a dirigir mi mirada hacia mi acompañante.

—Pe... Perdona —musito mientras salgo del agua. Y con una sonrisa agrego—. Estaba mirando mi reflejo.

Off:

Caminaba tan traqnuilamente sin rumbo alguno y con un suspiro en la mente, pensando en aquel joven de cabellos plateados y con los ojos dorados Inuyasha, ¡Algun dia te encontraria?

traqnuilamente y sin darme cuenta llegue a un hermoso lago desde lejos divise a dos ¿Personas? una, estaba segura de que era humana pero el otro no parecia un humano ¿Devia acercarme?



Camine unos cuantos pasos la imaginacion se me hizo muy grande o era simplemente un reflejo, toque mi arco como para prepararme para atacar, no me di cuenta hasta ese momento de dos cosas, la primera que esa chica, la conocia era la acompañante de Seshomaru el hermano mayor de Inuyasha.Tambien me di cuenta de que a algunos pasos estaban unos niños.

_¡Se podria saber quienes son?_Pregunte como para disimular y mas que odo a aquella niña que sabia que era la acmopañante de Seshomaru.



Pero tambien vi mi reflejo en el agua

off: Rukia no parece querer aparecer O.o

La chica se habia asustado en cuanto yo habia aparecido, cayendo al agua por el susto. Me quede unos instantes sin moverme a causa de la impresion que me daba haberla asustado, pero luego salio del agua. Extendi mi mano para ayudarla.

_ Deberias tener cuidado. Te haz lastimado - dije, limpiando su herida con un pequeño pedazo de tela que arranque del cinturon de mi armadura. Luego, una nueva presencia aparecio, preguntando quienes eramos.

_ emmm... no creo tener nombre...- sin tener la confianza de decirle mi verdadero nombre.- pero creo que te bastara llamarme Soki

Sonrei arrogantemente, para luego mirar a la chica y tomar su mano, guiandola a donde estaba la tela para que la detuviese ella misma.

_ ¿y quien eres tu? - le pregunte a la mujer que acababa de aparecer.

Nombre, ¿Cuál es mi nombre? Intento encontrar una respuesta buscando entre los escasos recuerdos que me acompañan. Una imagen resuena en mi mente junto con un nombre, no sé si es el mío pero será mejor que no tener ninguno. Namida, les digo que es mi nombre. Todavía me hallo un poco confusa puesto que no entiendo la situación en la que me encuentro.

El golpe que me he dado en la cabeza es el mínimo de mis problemas, solo quiero saber que me ha ocurrido. Mi ropa, totalmente empapada, impedía que me moviera con toda la libertad que yo deseaba.

¿Quién eres tú?, había preguntado el que me había asustado. Espero yo también una respuesta de la recién llegada. Miro en todas direcciones intentando encontrar algo, pero no sé el que. Deseaba ver a alguien a lo lejos, mirándome de forma ladeada, con una mirada seria.

—¿Dónde estoy? —pregunto. Llevaba tiempo haciéndome esa misma pregunta en mi mente pero no me atrevía a hacerla en voz alta. Quiero una respuesta para saber qué hacer después.

Aquella joven recién llegada me había dicho que su nombre era Kikyo, un bonito nombre que nunca antes había escuchado. Suspiro notablemente deprimida, no sé qué hago en ese lugar ni tampoco sé donde debo estar. Me doy cuenta de cómo Kikyo analiza a Soki, como se hace llamar.

No te preocupes, me había dicho la chica morena. Dirijo mi mirada a todos los lugares descubriendo por fin que me hallo en algo parecido a un bosque. De pronto algo aparece en mi mente. Soy yo, estoy caminando hacia algún lugar en mitad de un camino negro con muchos edificios altos a mí alrededor. Llevo puesto el mismo kimono, de pronto todo se vuelve negro. Caigo de rodillas al suelo mientras me tomo la cabeza con ambas manos. Comienza a doler de forma punzante.

Formo una mueca de dolor en mi rostro antes de caer desmayada por un flash. Una imagen, un hombre de largos cabellos blancos que me mira fijamente de forma seria.

Off:

off: O.o no me acordaba de este tema...

A la joven sacerdotiza no parecio importarle que fuese un Daiyoukai, o simplemente no se dio cuenta. Podia ser cualquiera de las dos cosas. Suspire y mire a la otra chica, que parecia bastante confundida. ¿porque seria? Su aroma pronto cambio, ¿estaba sufriendo?, ¿porque?

_ ¡¡¡¡¡Maestro Soki!!!!! - escuche un grito. Minokichi pronto aparecio colgando como siempre de un hilo infinito hacia el cielo, de cabeza, mirandome de forma asustada.

_ ¿Que pasa?

_ Senti la energia de una sacerdotiza, venia a avisarle para no tener ningun problema - dijo extasiado. Apunte con la mirada a Kikyo, mientras este daba media vuelta y se quedaba con cara aun mas asustada.- ¡oh,oh!

Por alguna razon, voltee a mirar a Namida. Esta parecia sufrir de dolor, puesto que pronto termino por desvanecerse. Gracias a dios estaba cerca y pude evitar que se golpeara contra el suelo.

El Daiyoukai parecia examinarme, se habria dado cuenta que mi cuerpo simplemente es prestado??, no podia descansar en Paz dvido a aquella confusion de ver a Kagome embarazada .
Aun no entendia muy bien, ¿Era correcto hablarle de Seshomaru?
Pero senti la presencia de alguien, era acompañante de aquel Daiyoukai. cuandop me miro pero su expresion cambio por que la chica estuvo a punto de golpearse la cabeza, el Daiyoukai tenia buenas intenciones o estaba interesado en ella .
A esta niña le aqueja algo, deveriamos hacerla descansar en la sombra de un arbol _Me pare y vi con algo de desconfianza al joven que estaba con la chica_ Como la encontraste?

Las imágenes comienzan a rodar por mi mente. Nada me duele y no entiendo la situación en la que me encuentro. ¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy así?

"—Kaori-chan vayamos a ese puesto —le pido con una sonrisa. Llevaba puesto el mismo kimono. La tomo de la mano mientras nos dirigimos a un puesto de caza de peces. El lugar parecía un festival tradicional."

"—Nami-chan —escucho que me llaman. Estoy apoyada en una barandilla que da a un hermoso acantilado, bajo mis pies no hay más que verde vegetación. Me doy la vuelta para encontrar a al tal Kaori."

"—¡Ahg! —grita Kaori a mi espalda. Dirijo mi mirada hacia detrás para encontrarla a ella de rodillas. Suspiro mientras voy a ayudarla con una sonrisa."

Poco a poco voy abriendo los ojos y volviendo a la realidad. Al abrir los ojos me encuentro con tres personas, dos que ya conocía y otra desconocida. Me toco la cabeza y gimo un poco de dolor. Suspiro mientras susurro que estoy bien. Sonrío para tranquilizar a aquellos que se preocupasen por mi estado de salud. Frunzo el ceño al recordar los momentos de las imágenes que he visto en mi mente. Cada vez son más claros, cada vez tengo más claro que son recuerdo. Todavía no sé quién es Kaori, pero por lo visto es una amiga, una buena amiga.